El ejercicio y sueño.
Con respecto al ejercicio, sabemos que el estudio y en general las labores de tipo
intelectual reducen la actividad física en pequeños desplazamientos entre lugares
lejanos y cercanos. El traslado en grandes distancias, que seria una de las pocas
posibilidades de realizar un poco de ejercicio, es evitado
por razones de tiempo y comodidad. Los riesgos son
presentar en el futuro, atrofia muscular y una decadencia
general del cuerpo. Camine una hora al día y practique o
realice algún deporte.
Realizar ejercicio de intensidad moderada ayuda a memorizar lo aprendido con anterioridad. Así lo atestigua un reciente estudio de la Universidad de California (EE.UU.) en la que participaron voluntarios de entre 50 y 85 años de edad y que demostraron las bondades de estar activo físicamente. El experimento consistió en ver imágenes placenteras; luego, pedalear en una bicicleta estática durante 6 minutos al 70% de su capacidad y luego, una hora más tarde, realizar un examen sorpresa respecto a las imágenes que habían visualizado antes de hacer ejercicio. Los resultados demostraron que la liberación de norepinefrina, inducida por el ejercicio físico, provocó una mejora llamativa de la memoria respecto a los voluntarios que realizaron ejercicio en comparación con los que no lo hicieron.
Con respecto al sueño, podemos señalar, que el sueño
es el mejor condicionador que tiene el organismo Lo libera
del cansancio, lo desintoxica y junto con la reconstrucción
de energías produce también el descanso de la mente.
Ocho horas son el promedio de tiempo necesario para el sueño de una persona. Si
presentara dificultades al dormir o sus horas de sueño no son completadas, es
probable que sufra de dolores de cabeza, de trastornos digestivos, fatiga, malestar
general e irritabilidad. Así mismo puede presentar dificultades al escribir, leer, fijar la
atención, se presentarán olvidos y en general bajo rendimiento académico.
Algunas veces, la diferencia entre un día productivo y una pérdida de tiempo está en una hora: una hora extra de sueño, una hora extra de ejercicio o una hora de trabajo a fondo puede tener un gran impacto en cómo se trabaja y se vive.
Casi todos lo hacemos. Nos levantamos temprano para ir al gimnasio. Nos dormimos tarde para responder correos del trabajo. O vemos sin parar Netflix en la cama.
De diferentes formas, solemos posponer el sueño o quitarle relevancia. Sin embargo, si deseas estar más sano, necesitas darte tiempo para dormir. Porque si logras acurrucarte tan solo una hora más probablemente te sentirás mejor, te verás mejor y serás mejor en tu trabajo.
Dormir la siesta
Si un sueño reparador cada noche ya es de por sí uno de los
elementos a tener en cuenta para nuestra memoria, la siesta también
aporta su granito de arena. Dormir unos 20 minutos de siesta cada día
nos ayuda a recordar mejor lo que hayamos aprendido, ya que durante
este reposo consolidamos lo aprendido sin darnos cuenta. Este beneficio
lo obtenemos a cualquier edad.
Descansar y hacer ejercicio mejoran nuestra salud y nos ayudará a memorizar más.
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