Retos de docente siglo XXI
El mundo
en el que vivimos avanza a pasos agigantados y todo va evolucionando, incluso
la forma en la que se debe enseñar y aplicar las nuevas tecnologías de
información y comunicación y así atacar la problemática educativa que se
presente dentro o fuera del aula.
Estamos
acostumbrados a tomar nuestro smartphone, tableta, laptop, PC de escritorio o
acudiendo de manera presencial, pero… ¿Cómo docente, ¿qué más podemos hacer
para innovar en la forma con la que transmitimos conocimiento?, ¿Qué podemos
mejorar en administrativamente para ser más eficientes?
Como
directores, somos el líder administrativo y debemos facilitar la labor del
docente implementando los procesos necesarios para mejorar la calidad de la
educación de nuestra escuela y nuestro país,
También
debemos recordar que tanto el docente como directivos deben estar preparados
con las competencias necesarias y tener una visión de liderazgo, conocer los
principios y procesos de aprendizaje para poder atender a las necesidades
educativas de los diferentes perfiles cognitivos de cada alumno para crear
estrategias de aprendizaje y tener las adecuaciones curriculares que
correspondan.
El trabajo
docente como todo rol profesional se construye y perfecciona a lo largo del
tiempo. No es una tarea estática, es decir, el docente no se forma una vez para
serlo y luego repetidamente actúa de la misma manera y con las mismas
estrategias a lo largo de toda su carrera profesional, sino todo lo contrario;
debe estar en constante formación, nunca dejando de ser un aprendiz para poder
así descubrir sus propios medios, recursos y capacidades a la hora de enfrentarse
a un salón de clases. Ser docente como plantea Agadía (s.f.) es “pasar de una
manera de comprender la enseñanza para volver a pensarla resignificándola,
amplificando su sentido, posibilitando el reconocimiento de algunos hilos acaso
más sutiles de la trama de su especificidad”. La necesidad de formación
constante está ligada también a los cambios en el mundo que repercuten en la
educación. Hace ya algún tiempo atrás que la enseñanza tradicional no está
resultando eficaz para el alumnado debido a los cambios sociales y los avances
de la tecnología, entre otros factores, obligando a los docentes de formación
superior a replantear sus métodos de enseñanza en pos de responder a los
entornos cada vez más cambiantes. El modelo conductista del profesor que tiene
el poder y la autoridad como única figura transmisora de conocimiento
reduciendo el rol del alumno al de un simple repetidor de contenidos
memorizados, no puede ser aplicado en este mundo globalizado sino que ahora el
docente tiene un compromiso que supera lo puramente académico, encontrándose
con el desafío de potenciar las capacidades de los alumnos para que puedan
discernir y analizar la información que reciben, brindándoles las herramientas
necesarias para que aprendan en el presente y puedan utilizarlas el día de
mañana al momento de enfrentarse con la vida y el campo sociolaboral. Desde
esta concepción entonces, el vínculo docente-alumno no estará dado por
transmisión sino por construcción de conocimiento mediante el desarrollo de
competencias.
Si bien en
los últimos años se viene prestando mucha atención a las competencias, la
adopción de este enfoque no es algo nuevo considerando que tienen su base en el
aprendizaje significativo, que Ausubel (1983) diferencia del aprendizaje
memorístico, ya que el significativo se produce cuando se relaciona o asimila
nueva información que se le presenta al alumno con algún concepto que ya se
encuentra en su estructura cognoscitiva. Es importante aclarar que cuando se
hace referencia al término competencias, se lo hace como “el conjunto de
actitudes, de conocimientos y de habilidades específicas que hace a una persona
capaz de llevar a cabo un trabajo o de resolver un problema particular”
(Ouellet, 2000, p.37). Es decir, que empezar a ver la educación desde este
enfoque es querer formar personas preparadas para el mundo competitivo actual
haciendo del alumno un profesional y humano apto para actuar en contextos
reales con sus diferentes niveles de complejidad. De acuerdo con Frade (2009)
las competencias son un saber pensar para poder hacer, ser y vivir en sociedad.
A partir de esto se plantea un reto importante para el sistema educativo que tiene,
por un lado, que realizar una verdadera formación de docentes bajo este nuevo
enfoque y por otro, exigir a las universidades la elaboración de un proyecto
que se centre en el desarrollo integral del estudiante como profesional
competente logrando que el mismo pueda buscar información, saber utilizarla de
manera correcta, generar ideas y ser autocrítico.
Para que
una organización sea efectiva (incluyendo a las escuelas) tiene que: lograr sus
metas, mantenerse a sí misma internamente y adaptarse al ambiente.
Entender y
mejorar la organización en una institución educativa
Como parte
de una institución educativa todo el personal tiene la responsabilidad de
conocer profundamente a la institución, puede ser una tarea difícil de la parte
administrativa ya que implica conocer las fortalezas y debilidades del capital
humano y de las necesidades e intereses que tanto del resto del personal como
de los alumnos y padres de familia de la institución.
El pasado
de las escuelas está atado a todo un sistema altamente centralizado en el que
se trataba de uniformar al máximo a las escuelas, el docente y los estudiantes.
Por tal razón, no existe una evidencia sistemática que presente a cada escuela
como una organización independiente con un análisis real de sus características,
sus logros, aspiraciones, retos y amenazas.
No se
puede pensar sólo en cambiar la estructura organizacional, ya no es suficiente,
es necesario cambiar los sistemas con los cuales se trabaja (adecuaciones
curriculares y TIC´s) . De esta manera cada escuela, como una organización independiente,
puede sobrevivir, desarrollarse, revitalizarse y perfeccionarse logrando una
mayor productividad y motivación de su comunidad educativa.
Por tal
razón, si se va a atender cada escuela como una unidad independiente y
autónoma, el trabajo del director es de suma importancia pues tiene que
desarrollar un sistema y los mecanismos internos necesarios para entender la
cultura de la escuela, y cómo se dan en la misma las relaciones
interpersonales, la comunicación y la motivación de los estudiantes, maestros y
otro personal.
VEAMOS CREATIVIDAD E INNOVACIÓN
Ser abierto y receptivo a perspectivas
nuevas y diversas es incorporar grupo aportaciones y comentarios en el trabajo.
Ver el fracaso como una oportunidad
para aprender.
Entender que la creatividad y la
innovación es un recorrido a largo plazo, un proceso cíclico de errores
frecuentes y de pequeños éxitos.
Uno de los puntos clave es utilizar de
forma adecuada, en función de la situación durante la docencia, las diferentes
clases de razonamiento, inductivo, deductivo, etc, así como potenciar también
el uso del pensamiento sistémico, es decir analizar cómo las partes de un todo
interactúan entre sí en los sistemas complejos para producir resultados globales.
Algunos puntos relevantes son:
Analizar y evaluar de forma efectiva
las evidencias, argumentos, demandas y creencias.
Analizar y evaluar los principales
puntos de vista alternativos.
Sintetizar y hacer conexiones entre la
información y los argumentos. Interpretar la información y extraer conclusiones
basadas en el mejor análisis.
Reflexionar críticamente sobre las
experiencias de aprendizaje y procesos.
Resolver diferentes tipos de problemas
no familiares en ambas formas convencionales e innovadoras.
Identificar y hacer preguntas
significativas que aclaren varios puntos de vista y llevar a mejores
soluciones.
Como docentes vivimos en un entorno
tecnológico y saturado de medios en que disponemos de tres variables críticas:
el acceso a una gran cantidad de información, los rápidos cambios en las
herramientas tecnológicas, la capacidad de colaborar y hacer contribuciones
individuales en una escala sin precedentes. Por lo cual es clave adquirir
competencias en el acceso y evaluación de la información, para su posterior uso
y procesado.
ACCESO Y GESTIÓN EFICAZ DE LA INFORMACIÓN
Acceder a la información de manera eficiente (tiempo) y eficaz (fuentes).
Evaluar la información crítica y competente.
Utilizar la información con precisión y
creatividad para el asunto o problema que nos ocupa.
Gestionar el flujo de información de
una amplia variedad de fuentes.
Comprensión fundamental de las
cuestiones éticas / legales en torno a la adquisición, acceso y uso de la
información.
Entender cómo y por qué se construyen la
comunicación visual y sintética en la transmisión de conocimiento.
Usar la tecnología como una herramienta
para investigar, organizar, evaluar y comunicar información.
Como docentes debemos ser ingeniosos, mantener los
ojos abiertos con los avances tecnológicos, abrazando las nuevas oportunidades
a medida que surgen, a la vez que colaboramos con los demás y construimos
relaciones efectivas. Debemos ser precursores en compartir ideas, inspirar y
motivar. Un docente está en un lugar privilegiado donde se redefine
constantemente y donde seguir aprendiendo. Eso es de lo que se va a tratar:
aprendizaje constante y reinvención.
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