viernes, 18 de septiembre de 2020

 

Manejo y Control de Grupo

 



Crea una comunidad

EL ESTABLECER RELACIONES DE AFECTO con los alumnos es la base de un buen manejo de la clase. El establecer estas relaciones —maestro-alumno, alumno-alumno, clase-comunidad— y encontrar el tiempo y el espacio necesarios para hacerlo desde el principio de año durante los meses siguientes puede hacer toda la diferencia en la clase. En pocas palabras, cuando hay afecto en el aire, habrá muchos menos problemas de conducta. Saluda a tus alumnos en la puerta: Este gesto simple crea ese momento cuando tú y el estudiante hacen contacto visual, se hablan directamente (“buenos días”) y tienen una conexión. Este puede ser el único contacto personal que tengas ese día con el alumno, pero tiene mucho valor. Cuando utilizas una forma respetuosa para saludar a otro ser humano, implícitamente les estás diciendo a todos los estudiantes que así es como nos comunicaremos entre nosotros.

Conózcanse: Los maestros y alumnos comienzan a aprender sus respectivos nombres el primer día de escuela y deberían poder llamarse por nombre al cabo de dos semanas.

A medida que los alumnos conocen más y más a los demás estudiantes, se empezarán a formar conexiones. Esto inevitablemente trae más empatía y comprensión y, por último, relaciones de afecto con mucho menos conflicto en la clase.

Usa actividades interesantes y adecuadas para la edad de los estudiantes para aprender nombres y para conocerse. A medida que los alumnos conocen más y más a los demás estudiantes, se empezarán a formar conexiones. Esto inevitablemente trae más empatía y comprensión y, por último, relaciones de afecto con mucho menos conflicto en la clase.

Definitivamente tómate el tiempo y la energía necesarios para fortalecer la comunidad y las relaciones en el aula. Los resultados justifican el esfuerzo.

Crea un ambiente seguro, agradable y disciplinado en la clase

 


 

 EL ENTORNO FÍSICO ADECUADO ayuda a crear una comunidad de aprendizaje positiva. Cuando los alumnos entran a un salón de clases, necesitan verse reflejados. Sus proyectos y trabajos escritos deberían ocupar las paredes, y deberían tener fácil acceso a los materiales y notas, como así también un lugar donde entregar las tareas de clase.

Pídeles a los alumnos que diseñen su clase: Los estudiantes deciden dónde colgar los dioramas sobre fotosíntesis o los informes de libros, y también se ocupan de colgarlos. Además, los gráficos, instrucciones — cualquier póster permanente— deberían ser escritos por los alumnos. Cuánto más se reconozcan en el ambiente, más valorados se sentirán (y nosotros, los maestros, tendremos menos conflictos con ellos). ¿Cómo es la iluminación en tu clase? Intenta realizar pequeños ajustes, tales como traer unas lámparas de pie y apagar algunas de las luces fluorescentes. Esto puede crear un ambiente más tranquilo y menos institucional.

Mover los pupitres y probar diferentes configuraciones de las mesas también puede crear un entorno más agradable que sea más apto para la colaboración. El aprendizaje social y emocional enfatiza el aprendizaje cooperativo centrado en el alumno. Esto significa que acomodarás las mesas en grupos o moverás a los estudiantes para que estén uno frente a otro. Esto puede hacer que la clase sea un poco ruidosa, pero ayuda a crear una comunidad de estudiantes mucho más rápidamente que si se organizan los escritorios en filas mirando hacia el frente de la clase. ¡Arriésgate y prueba!

Incluye a los alumnos en la elaboración de reglas, normas, rutinas y consecuencias

 


LAS REGLAS SON DIFERENTES de las rutinas y las normas. Las reglas traen consigo consecuencias, mientras que las rutinas y las normas tienen recordatorios.

Crea una variedad de canales de comunicación puedan dar su opinión. La función del maestro es facilitar y guiar a los estudiantes a través de los pasos para desarrollar contratos sociales. ¿Cuál es el resultado? Los alumnos tendrán el control total en lo que se haya decidido sobre normas, expectativas y consecuencias en la clase. El inicio del nuevo año escolar es el momento ideal para preparar un contrato social. Comienza pidiéndoles a los niños que mencionen todas las cosas que ven, sienten y escuchan en la clase que los hacen sentirse cómodos, seguros y felices. Para crear un esquema con toda la clase y luego decidir sobre las reglas, rutinas y consecuencias todos juntos.

Disciplina del desarrollo: ¿Con qué frecuencia notas que el mismo alumno llega tarde a clase, les hace comentarios desagradables a sus compañeros o repite otras conductas negativas? Modifica este patrón con la disciplina del desarrollo. Se trata de una filosofía que requiere que la persona examine por qué algo ocurrió y luego considere qué se puede hacer para rectificar la situación y evitar que suceda nuevamente. La disciplina del desarrollo alienta a los maestros a usar actividades para crear una comunidad, junto con las consecuencias adecuadas, para que los alumnos piensen cómo se comportan y cómo se tratan entre ellos. En lugar de recibir un castigo, el alumno puede escribir un plan de “reparación” o una carta de disculpas, o proponer su propia consecuencia adecuada y efectiva.

Crea una variedad de canales de comunicación

 


¿DE CUÁNTAS MANERAS DIFERENTES se pueden comunicar los alumnos contigo? Cuantas más opciones tengan, mejor. Comunicación entre el maestro y los alumnos: Si existen varias opciones confiables para que los alumnos hablen contigo, las clases se desarrollarán con fluidez. Aquí hay algunas ideas para probar:

*    Anima a los alumnos a comunicarse contigo por Internet. Ofréceles tu cuenta de e-mail escolar para que puedan enviarte preguntas, dudas y sugerencias, o usa las herramientas de los medios sociales para conectarte con los alumnos de edad suficiente para tener cuentas de Facebook.

*    Intenta estar disponible en diferentes momentos del día. Así te asegurarás de que todos los alumnos puedan venir y sentarse contigo para tener una charla en privado si fuera necesario (antes de la escuela, una vez a la semana durante el almuerzo, cualquier día después de la escuela).

*    Coloca un buzón de sugerencias en tu escritorio para que los alumnos puedan dejar notas anónimas. Vas a tener la sorpresa de recibir mensajes como estos: “Por favor suba la calefacción a la mañana”, “Richard fastidia a Jessica después de clase” o “Por favor dé más ejemplos para escribir una tesis”.

*    Pídeles a los alumnos que entreguen diarios de proyectos o cuadernos semanales. Incluye una o dos tareas en las cuales los estudiantes puedan escribir libremente lo que quieran, incluso una carta para ti, si así lo desean. Comunicación entre los alumnos: Los alumnos crecen emocional y socialmente cuando comparten sus ideas y su intelecto con los demás estudiantes. Como maestros, explícitamente debemos dedicarle a esto la mayor cantidad de tiempo posible.

En cuanto a los grupos de estudiantes, procura mezclarlos con frecuencia para que no se formen “camarillas”. Si rotas constantemente los grupos y los pares, en poco tiempo todos los alumnos habrán compartido alguna actividad con los demás estudiantes, y las conexiones serán visibles.

Finalmente, cuando estés hablando con toda la clase, usa frases que sean alentadoras en lugar de acusatorias, negativas o desalentadoras. Como maestros, continuamente debemos modelar las conductas —y el lenguaje— que deseamos ver en nuestros alumnos.

 

Siempre sé tranquilo, justo y coherente

 


LA CONFIANZA ES EL CORAZÓN palpitante y saludable de una clase en funcionamiento. Sin ella, es casi imposible manejar una clase, como así también establecer relaciones con los alumnos. Un maestro tranquilo, justo y coherente es un maestro en el que se puede confiar.

Tranquilidad: Siempre ten una conducta tranquila y firme, incluso si la cabeza y el corazón te dicen que actúes de otra manera. (Nunca respondas a la furia, el sarcasmo o el enojo de un alumno con la misma emoción.) ¡Usa tu capacidad de actuación que todos aprendemos como maestros! Y cuando sientas que te hierve la sangre, recuerda esto: los niños no confían en los maestros reactivos y, por lo general, no los respetan. El miedo nunca debe ser el gran motivador en nuestras clases.

Permanecer tranquilo significa nunca levantar la voz o hablar por encima de la clase. Si los alumnos están hablando, espera. Espera un poco más. Espera hasta que sea tan incómodo que varios alumnos empiecen a callar a los demás. Luego, aunque te sientas más que enojado, usa una voz tranquila y suave de forma tal que tengan que inclinarse para escucharte. Ahora los tienes controlados.

Justicia: Aunque no sientas lo mismo por cada alumno, ellos nunca deben saber o darse cuenta de esto. Ser justo significa que todos los alumnos deben seguir las mismas reglas —y recibir las mismas excepciones a esas reglas. Para asegurarte de que eres justo, recuerda hacer lo siguiente:

*    Evita llamar o escoger a los mismos alumnos una y otra vez.

*     Reconoce ante la clase que se ha hecho una excepción (para un estudiante, otro período de clase o un grupo) y, si es posible, explica por qué.

*     Mantén una línea firme entre las reglas y las rutinas. Las reglas traen consigo consecuencias, mientras que las rutinas tienen recordatorios. Coherencia: Si tienes un día con altibajos, mantén el curso y no cambies la agenda de ese día o la estructura de la clase. Esto ayuda a que los niños se sientan seguros.

Modelar la conducta positiva: Mientras estás enseñando, debes mostrar compasión, interés, paciencia y autocontrol en cada oportunidad que tengas. Los ojos de los alumnos están puestos en nosotros en todo momento, incluso cuando pensamos que están sumidos en sus tareas. Ellos observan, escuchan, aprenden y después repiten las conductas que ven.

Conoce a tus alumnos

                                         


 

 

HAZTE ESTA PREGUNTA: “¿Qué tan bien me conozco a mí mismo?” Pensar en esto te ayuda a conocer y entender mejor a tus alumnos. Mirando tu propia historia (finanzas, cultura, educación y sexo), podrás reconocer la lente a través de la cual ves a tus estudiantes. Por ejemplo, si creciste en un hogar de clase media pero enseñas a alumnos con familias que fundamentalmente viven debajo de la línea de pobreza, puedes tomarte un tiempo para aprender acerca de sus desafíos específicos.

Considera las siguientes características de un educador culturalmente receptivo:

*    Desafía y enfrenta todos los estereotipos en el programa académico y en el entorno educativo.

*     Se esfuerza por conocer a sus alumnos y busca capacitación profesional y materiales de lectura para aprender cómo ser un mejor maestro para todos ellos.

*    Ayuda a que sus alumnos tengan esperanza y desarrollen estrategias para superar las barreras académicas y sociales.

*    Usa textos que son relevantes y se relacionan con las vidas y las experiencias de sus alumnos.

Cuando hacemos lo mejor posible para exhibir todas estas cualidades, estamos incluyendo a todos los niños, especialmente aquellos que más nos cuesta entender.

 

Enfrenta los conflictos rápidamente y con inteligencia

 


 

NO DEJES QUE EL CONFLICTO CREZCA. Esto significa que deberías asegurarte de abordar un problema que tengas con algún alumno o que haya entre dos alumnos lo más rápido posible. Los sentimientos negativos —de tu parte o de los estudiantes— pueden empeorar rápidamente.

A h o r a, p a r a m a n e j a r e s to s c o n f l i c to s c o n i n te l i g e n c i a , t ú y e l estudiante deberían apartarse de los demás alumnos, quizás reunirse en la entrada del salón de clases. Haz preguntas ingenuas como: “¿Cómo te puedo ayudar?”. No acuses al niño de nada. Actúa como si realmente te importara, aunque en ese momento sientas lo contrario. Por lo general, el alumno quedará desarmado porque espera que estés enojado y tengas una actitud agresiva.

Y siempre asume un enfoque positivo. Di: “Parece que tienes una pregunta” en lugar de “¿Por qué estás hablando y no estás trabajando?”.

Cuando los alumnos tengan conflictos entre ellos, permanece neutral. Usa lenguaje neutral mientras actúas como mediador para ayudarlos a resolver el problema en forma pacífica.

Educators for Social Responsibilities (Educadores para Responsabilidades Sociales) tiene un Centro Online para Maestros con una variedad de recursos y materiales listos para usar en la clase (se requiere registro gratuito) que se centran en la resolución de conflictos: http://www.esrnational.org/otc.*

Not In Our School (No en nuestra escuela) (http://www.niot.org/nios)* muestra historias de alumnos y comunidades que le hacen frente al “bullying” y al prejuicio. Los recursos en línea incluyen guías de discusión en clase y planes de lecciones diseñados para crear escuelas seguras, libres de intolerancia

 

Incorpora rituales positivos en la clase

 


 

ES MÁS HABITUAL en los grados de escuela primaria que el día comience con una actividad orientada a establecer un sentido de comunidad. Pero empezar bien es importante en todas las edades. Aquí hay algunas sugerencias para lograrlo.

Reuniones matutinas: Es un breve foro durante el cual se saluda a cada persona del grupo. Crea un sentimiento de “estamos todos juntos en esto”.

Cosas buenas: Pídeles a algunos voluntarios que compartan algo bueno que les haya pasado (sacar una A en una prueba o que haya un bebé nuevo en la familia, por ejemplo). El alumno también puede compartir un evento futuro que sea positivo (como un cumpleaños o un viaje).

A moverse: Pídeles a los alumnos que digan una palabra que describa cómo se sienten hoy. Comienza con un voluntario y luego “muévete” por la clase. Dales a los alumnos la opción de pasar, si ellos quieren.

Mantén el sentido de realidad


DESCUBRE LAS COSAS que les interesan a tus alumnos —tendencias, música, programas de TV y juegos— e incorpóralas mientras les enseñas las habilidades, los conceptos y los conocimientos que necesitan. Es bueno relacionar el aprendizaje con sus vidas siempre que puedas.

Aprovechar los conocimientos y esquemas previos: El padre de la pedagogía crítica, Paulo Freire, rechazó la idea de que los niños son vasijas vacías. Por el contrario, promovió la creencia de que los alumnos ofrecen muchísimo conocimiento —convencional y no convencional— que el maestro puede aprovechar.

Los niños con “mala” conducta por lo general son tratados y educados como si necesitaran ser “llenados” con información y conocimiento. Esta táctica, de hecho, trae como resultado más problemas de conducta. Con un enfoque constructivista, el maestro alienta al estudiante a formar activamente nuevas ideas o conceptos en base a sus creencias y conocimientos actuales y previos.

Usar preguntas esenciales: Las preguntas importantes y extensas son una manera fantástica de introducir una unidad de estudio y de ayudar a conectar el aprendizaje con las vidas de los alumnos. Las preguntas esenciales no tienen una respuesta correcta o incorrecta, y tampoco son fáciles de responder. Le dan significado y relevancia a lo que están estudiando los alumnos, y su objetivo es captar la atención y los pensamientos —y a veces el corazón— de un grupo de estudiantes. No se deben resolver, son para discutir y reflexionar:

Aquí hay algunos ejemplos de preguntas esenciales (pero recuerda usarlas en forma estratégica y moderada):

*    ¿De qué manera los animales son humanos y de qué manera los humanos son animales? (ciencia)

*    ¿Qué es el amor? (español/poesía)

*     ¿Cuándo es aceptable rebelarse? (historia)

*    ¿Cómo sería la vida si no existiera la matemática? (matemática)

Evaluación auténtica: La evaluación auténtica mide el aprendizaje de los alumnos con tareas de taxonomía de Bloom relevantes y de alto nivel —la clase de tareas que los alumnos deberían hacer si realmente estuvieran trabajando en el campo de estudio.

Para realizar una evaluación auténtica, deberás planificar hacia atrás, comenzando por lo que quieres que los niños sepan y puedan hacer para la evaluación. Grant Wiggins, el aclamado autor de Understanding By Design, se refiere a esto como “comenzar con el final en mente”.

Si el inicio y el final de una unidad les parecen “reales” a tus alumnos, entonces hay más probabilidades de que muestren interés durante el importante viaje intermedio.

Trabaja junto con los papás y tutores


 

ESTE ES EL ÚLTIMO CONSEJO POR UN BUEN MOTIVO. Los maestros sabemos que trabajar en conjunto con los padres no es fácil ni está completamente bajo nuestro control. Regresar la llamada de un maestro puede no ser la prioridad número uno de un papá o tutor. Pueden estar más preocupados por pagar las cuentas, poner la comida en la mesa, enfrentar los retos de ser un papá soltero, y muchas otras cosas que ni siquiera nos imaginamos. Sin embargo, vale la pena hacer un esfuerzo extra para conectar la casa con la escuela por los beneficios que esto implica para los alumnos. Aquí hay algunas formas simples pero infalibles de conectarse y trabajar con padres y tutores. Primero, trabajo de averiguación: Pídeles a los niños que completen una ficha del tipo “Sobre mí” durante la primera semana de escuela. Pregúntales sobre sus materias y libros favoritos y cosas en las que sean buenos. También pídeles los números de celular de sus padres o tutores.

Era digital: Considera crear tu propio sitio web, wiki o página en el sitio web de la escuela para que los padres puedan mirar rápidamente y ponerse al corriente en seguida sobre los temas de estudio y las tareas de clase y para hacer en la casa.

Cara a cara: En los días de “open house” (escuela abierta a visitantes) y “back-to-school night” (reunión de regreso a la escuela), o cualquier otra noche para las familias, asegúrate de tener suficientes tarjetas de presentación o tarjetas con información de contacto que incluyan tu e-mail, número de celular (opcional), el número de salón de clases y el número de teléfono de la escuela. Esto puede parecer básico, pero la tarjeta no solo les permite a los padres comunicarse fácilmente contigo, sino que también les demuestra que tú quieres que te llamen.

Llamadas a casa: Haz llamadas “positivas” siempre que puedas. No hay nada más deprimente que tener que sentarse después de un día de clases y llamar a la casa de cinco alumnos para dar malas noticias. Llamar a las casas para contar algo positivo te alegrará el día a ti y a ellos, y abre las puertas para una relación.

Cuando sea necesario llamar por un problema, asegúrate primero de mencionar algo positivo sobre el alumno antes de decir: “Un tema que me preocupa…”.

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