Como prepararse para un examen
¿Estás en época de exámenes?
Estudiar para las pruebas puede ser
difícil y a veces ni siquiera sabemos por dónde empezar.
Pero existen estrategias para
mejorar tu memoria, los niveles de concentración e incluso tu estado de ánimo.
Reunimos una gran cantidad de investigaciones
realizadas por neurocientíficos, psicólogos y nutricionistas, así como sabias
recomendaciones de profesores universitarios, maestros y estudiantes, y hemos
dado con algunos consejos importantes.
Hay mucho que puedes hacer para
estudiar de manera más efectiva, aprender técnicas de estudio que funcionen y
mantenerte positivo.
1. Desayuno y alimentos para el
cerebro
Nuestros cuerpos necesitan energía
para funcionar correctamente, y la capacidad del cerebro para concentrarse
proviene de un suministro adecuado y constante de energía en forma de
glucosa.
Las investigaciones muestran
que los estudiantes que desayunan obtienen mejores resultados en los
exámenes porque les resulta más fácil concentrarse y recordar
información.
Por eso, asegúrate de comenzar tu día
con carbohidratos que liberarán energía lentamente a lo largo de la mañana como
el pan integral o cereales bajos en azúcar, como la avena.
También necesitarás aumentar tu
ingesta de proteínas con leche, yogur o huevos.
Para otras comidas puedes elegir
otros estimulantes cerebrales probados como huevos, pescados grasos como la
caballa, las sardinas y el salmón (rico en grasas omega-3), granos enteros,
col, acelgas, espinaca, brócoli (todas plantas con hojas de color verde oscuro,
en realidad), tomates y aguacates.
¡Y no subestimes el poder de un
bocadillo a tiempo!
Los alimentos llenos de antioxidantes
y antocianinas (pigmentos que otorgan el color rojo, púrpura o azul a
las hojas, flores y frutos) pueden ayudar a mejorar la memoria a corto
plazo y el estado de ánimo.
Estos son los arándanos, las fresas,
las nueces, las aceitunas, las semillas de calabaza y el chocolate negro.
2. Empieza antes
Comienza a estudiar mucho antes de la
fecha del examen. Esto
ayudará a que te sientas más tranquilo y es menos probable que termines
abrumado.
Además, intenta estudiar por
la mañana, cuando tu cerebro está descansado y fresco. Evita dejar la mayor
parte del repaso por la tarde, cuando existe la posibilidad de que estés más
cansado.
Sería mejor si estableces una
rutina con el estudio: ponte como objetivo comenzar y terminar de estudiar
aproximadamente a la misma hora cada día.
3. Establece en qué necesitas
enfocarte
¿Es un examen oral?; ¿práctico?;
etc...
Diferentes tipos de exámenes
requieren distintos enfoques: descubre el formato de tu examen y sabrás cuánto del
programa de estudios necesitas revisar.
Para un examen del tipo ensayo, es
posible que no necesites cubrir todas las materias, por lo que podría ser más
efectivo enfocarte en algún contenido y estudiarlo en mayor profundidad.
Mientras que una prueba de opción
múltiple o un examen basado en respuestas cortas requerirá una comprensión más
amplia, aunque menos detallada, del programa de estudios.
4. Planifica
Puede parecer todo un trabajo,
pero hacer un plan de estudio realmente te ahorrará tiempo (no
perderás ni un minuto decidiendo qué revisar día a día) y te ayudará a hacer un
seguimiento de tu progreso.
Confecciona un calendario lo más
detallado posible,
incluidos los documentos o notas relevantes que deberás revisar, y cúmplelo.
Y no olvides tener en cuenta el
tiempo para socializar, hacer ejercicio y cualquier otro descanso.
5. El "espacio" puede ser
tu mejor aliado
Distribuye tus sesiones de estudio y
ni siquiera pienses en abrumarte: es mucho mejor tener sesiones de
estudio de una hora durante 10 días, que estudiar un tema durante 10 horas en
un día.
Se necesita tiempo para memorizar
información, pero se demostró que la técnica de espacio es la más efectiva
porque el tiempo que transcurre entre las sesiones de estudio hace que el
contenido se olvide y luego se vuelva a aprender.
Esta estrategia fue calificada como
"una de las más sólidas en toda la historia de la investigación
experimental sobre aprendizaje y memoria".
Pero ten en cuenta que lo que
funciona bien para un examen puede no ser el mejor método para otro.
Otras técnicas incluyen el uso de
tarjetas de memoria, creación de mapas mentales, trabajo en grupo o incluso
grabarse a sí mismo hablando y reproduciéndolo.
Es por eso que es bueno empezar
temprano, ya que te da tiempo para probar lo que más te funciona.
Pero no gastes tiempo y dinero en
lindos resaltadores, las investigaciones sugieren que no harán mucho para que
aprendas más y mejor.
6. Autoevalúate
Según psicólogos y
neurocientíficos, "autoevaluarse" podría ser una de las
formas más efectivas de mejorar tu capacidad para recordar información.
La técnica también te ayuda a
entender un concepto y no solo memorizarlo. También te da una oportunidad de
verificar cualquier falla en tu conocimiento.
Una de las mejores maneras de
autoevaluare es hacer resúmenes o simplemente ponerse a prueba al final
de una sesión de estudio
7. Convertirse en maestro
Entonces, revisaste, te autoevaluaste...
¿qué sigue? ¡Ve y enseña el contenido a otra persona!
Convertirse en maestro es una técnica
conocida como "el Efecto Protégé" que estimula tu memoria.
Para enseñar a otra persona se
requiere aprender y organizar los conocimientos de manera clara y estructurada.
8. Sé inteligente y guarda ese
teléfono
Los teléfonos tienen sus ventajas,
pero no cuando estás estudiando. Las redes sociales y las aplicaciones de chat
te llevarán a la distracción o te atormentarán con el FOMO del inglés
"fear of missing out", que en español sería "miedo a perderse
algo".
Esto se ha probado: cuanto
más tiempo pasas en tu teléfono, más bajas son tus calificaciones.
Y ni siquiera te engañes pensando que
puedes dejarlo en la mesa y no tocarlo. Según un estudio, solo con ver su
teléfono cerca será suficiente para romper tu capacidad de concentración.
9. Menos música, más silencio
Los alumnos que estudian en un
ambiente tranquilo pueden recordar mejor que aquellos que repasan mientras
escuchan música.
Los introvertidos, en particular,
deberán prestar atención a este consejo, ya que son más propensos a distraerse
con la música de fondo que los extrovertidos.
10. Pausas regulares, aire fresco y
ejercicio
Estudiar de forma efectiva no
significa un repaso constante. Tomar descansos entre las sesiones de
estudio le da al cerebro una mejor oportunidad de asimilar lo que acaba de
trabajar en la memoria.
Además, tu cuerpo y tu mente están
intrínsecamente vinculados. El ejercicio hace que la sangre fluya, lleva más
oxígeno al cerebro y lo ayuda a funcionar mejor, justo lo que necesitas durante
el período de exámenes.
Sin mencionar los beneficios
cognitivos de interactuar con la naturaleza, y el hecho de que el
ejercicio regular ayuda a reducir la ansiedad y promueve la autoestima.
Además, obtener un poco de aire
fresco hará que sea más probable que regreses a tu escritorio renovado y seas
más capaz de concentrarse después.
11. Duerme
Por supuesto, necesitarás dormir bien
durante la noche antes de un examen, pero esto se aplica a todo el período de
estudio.
Ir a dormir a una hora razonable
significa que podrás levantarte temprano, bien descansado y listo para abordar
el plan de estudio de ese día.
No te tientes a quedarte toda la
noche despierto y ten cuidado con el perfeccionismo, ya que podría interferir
con tu descanso.
Algunas veces, estudiar por la noche
es inevitable, pero trata de mantener estos casos al mínimo. Sé constante
con las horas de acostarte y mantente alejado de las pantallas durante la
noche.
12. Tranquilo y positivo
Tienes una gran cantidad de consejos
de destacados psicólogos, neurocientíficos y profesionales de la educación para
ayudarte a aprender mejor, así que aprovéchalos al máximo.
Después de todo, estás mejor equipado
que cualquier generación anterior de estudiantes sobre cómo mejorar tu memoria,
estado de ánimo y concentración.
Así que intenta mantener la
calma y ser positivo durante todo el proceso de estudio y si tuviste
un mal día, no permitas que eso afecte la forma en que estudias al día
siguiente.
La clave es averiguar cómo estudiar
de la manera más efectiva y mantenerte en eso lo mejor que puedas.
Y por último, pero no menos
importante... ¡Recuerda recompensarte una vez que hayas terminado los
exámenes!
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