En la actualidad el componente humano ocupa un lugar significativo en el contexto organizacional, ya que las compañías han identificado la necesidad de apostarle al fortalecimiento de sus recursos humanos por medio de estrategias que resaltan la importancia de implementar acciones que generen movilidad desde el aspecto motivacional y de bienestar, ofreciéndole a sus colaboradores un panorama que les permita el crecimiento personal y profesional, y la consecución de sus proyectos de vida. Así, las empresas le apuntan y le apuestan al desarrollo humano como elemento fundamental en la implementación de su plan estratégico organizacional que le permita generar ventajas competitivas y diferenciación.
El pensamiento que todos deberíamos tener es: “para desarrollarnos plenamente, los seres humanos debemos tener las condiciones necesarias para satisfacer nuestras necesidades que valoramos como las más indispensables, para tener una óptima calidad de vida; de subsistencia; de protección; de afecto; de entendimiento; de participación; de ocio y de libertad”. (Manfred Max-Neef, 1993). Es por esto que en la actualidad los gobiernos y las empresas deben de tener en cuenta que la creación de trabajos no solo traerá más recaudación de impuestos y el crecimiento del PIB, sino también los trabajos son una fuente de dignificación humana que permiten suplir las necesidades no solo básicas si no también aquellas relacionadas con el componente creativo y propositivo.
Dicho esto, es hora de hablar de Latinoamérica, uno de los continentes más afectados por la pobreza y los pocos recursos. Este continente se enfrenta a enormes desafíos para combatir el desempleo y lo que viene con él: altos índices de pobreza que traen consigo la ausencia de calidad de vida y pocas posibilidades para el desarrollo. Así que con la esperanza de contribuir a la equidad social y laboral, todos los gobiernos de este continente deben comprometerse con el objetivo central del desarrollo humano que es el mejoramiento de la calidad de vida, pero no solo contemplando aspectos de índole laboral o social sino también generar cambios significativos en la conciencia sobre el cuidado del medio ambiente y la responsabilidad que tenemos con el planeta, reconocer el rol de la mujer en la sociedad y erradicar la discriminación en los hogares y en el campo laboral donde realizan las mismas actividades las mujeres pero por salarios mucho más bajos.
No nos hagamos tontos, el objetivo final y único de todas las empresas que practican el desarrollo humano, es el de alcanzar longevidad, mejorar el rendimiento y tener más ganancias, además de ser una empresa referente que permita atraer al mejor talento profesional, pero no hay que negar que una empresa con esta filosofía ayuda muchísimo a que socialmente haya sostenibilidad, equidad y mejoramiento de la calidad de vida de las personas.