5 consejos para rendir un examen
1. No entres en pánico
Una de las peores cosas que puedes hacer en un examen. Entrar en pánico muchas veces logra que olvides lo estudiado durante días y te dejes llevar por el negativismo en un espiral de sugestión total. Para evitar esto, intenta relajarte. Mira las preguntas con calma. No te dejes invadir por el pánico si las primeras preguntas que lees en la propuesta no tienen que ver con los temas que más estudiaste o si directamente, no sabes contestarlas.
Tomate tu tiempo e intenta recordar.
Muchas veces el pánico viene justamente por este lado: quedarse en blanco,
olvidarse de todo. Una manera de evitar esta situación es repasar los temas en
tu casa mientras desayunas o en facultad minutos antes de entrar al examen.
Tener los conocimientos frescos en la memoria ayuda mucho en momentos como
éste.
> Para evitar el pánico
previo a un examen, sirve mucho dormir una cantidad decente de horas la noche
anterior. Un examen es como la guerra, tiene sus propios códigos y su propia
moral, por lo cual tienes que estar bien preparado. Las horas de sueño no son
negociables.
2. Tómate el tiempo para
pensar antes de responder cada pregunta
Lo mejor es que ordenes todo en tu cabeza antes de empezar a escribir. Te va a tomar unos pocos minutos y suele ser bastante productivo.
Mientras tus compañeros se abalancen sobre las hojas, examina las preguntas tranquilo y piensa cómo vas a elaborar cada respuesta.
Algunos universitarios alcanzan un rendimiento asombroso recurriendo a la técnica de asociación cognitiva, o sea, escribiendo algo que recuerdan del texto y recordando el resto en el camino, mientras terminan de elaborar la respuesta.
Este método puede servir para algunas personas y ser muy efectivo de hecho, sin embargo, también puedes olvidarte de detalles esenciales y arrepentirte una vez hayas entregado el examen.
> En una hoja aparte,
anótate una diagramación de los temas a desarrollar en la respuesta. No seas
demasiado específico. La idea es que lo hagas a modo de borrador para guiarte
más adelante.
3. Usa tu capacidad de
síntesis
Siempre llega un momento en la vida de todo universitario en que, ya sea debido a la corta extensión permitida para la respuesta o porque le queda poco tiempo, tiene que resolver una pregunta de examen en 5 minutos.
Acá es cuando uno tiene que poner a trabajar tus neuronas al máximo y utilizar su capacidad de síntesis para identificar lo que en la nota 5 pecados capitales al estudiar para un examen llamamos los puntos medulares de cada tema o autor y expresarlos en unos pocos caracteres.
Lo mejor en estos casos es no distraerse con datos biográficos, contextuales
que resulten irrelevantes, sino usar típicas estructuras simples de enunciado
en las que la información sea contundente y clara.
> Resume los temas mientras
estudias. No existe una mejor manera de llegar al examen con una buena
capacidad de responder lo elemental. La práctica hace al maestro.
4. No te presentes sin un mínimo
conocimiento previo
Saber hablar sobre un tema sin
tener mucho conocimiento sobre el mismo es un arte que solo algunas personas
dominan, mucho más frente a una pregunta de examen. Primero que nada, no es
recomendable. Los profesores no son estúpidos y se dan cuenta cuando no sabes
sobre un tema y estás yéndote por las ramas, evitando responder lo que te
preguntaron. Lo único que te puede salvar en una situación así son dos
variables:
A) Tener cintura, cancha o talento (llámale
como quieras) al momento de improvisar un rejunte de referencias y
relacionarlas de una manera coherente con el tema o autor en cuestión.
B) Haber leído autores
relacionados o tener un conocimiento temático lo suficientemente vasto como
para abordar una pregunta sobre un texto que nunca leíste o leíste muy poco.
> Si leíste algo por más
mínimo que sea respecto al tema, intenta recordar eso y explayarte sobre lo que
recordar antes que divagar. Va a ser mejor para vos y para quien corrija tu
examen también.
5. Lee antes de entregar
Escribiendo apurado uno comete muchos errores. Y no solo de errores de sintaxis y ortografía, sino de distracciones tontas que te pueden costar un punto.
Verifica los nombres de los
autores y conceptos que mencionaste. Son un montón y siempre se generan
confusiones.
> También es bueno revisar
especialmente las definiciones y si las respuestas se corresponden con las
preguntas de la propuesta de examen de acuerdo al número o letra que identifica
a cada una.
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