miércoles, 12 de agosto de 2020

TIPS PARA PRESENTAR UN EXAMEN

 5 pecados capitales al estudiar para un examen

Estudiar de memoria

Cada vez más, sobre todo en las materias teóricas, a los estudiantes se nos exige leer una cantidad inconmensurable de textos. Muchos universitarios suelen caer en el error de pensar que, si no recuerdan el contenido total y en detalle del texto, el mundo colapsa y su rendimiento en el examen disminuye. Todos tenemos maneras distintas de estudiar y manejamos técnicas de estudio muy personales a veces, pero de seguro aprender de memoria es un camino a evitar. No solo es más difícil a largo plazo, sino porque nos ayuda únicamente desde una perspectiva inmediata, es decir, salvar el examen, y no nos permite formarnos integralmente.

El estudio no solo debe contribuir a darnos herramientas para la vida académica y profesional, sino que debe generar en nosotros las ganas y el entusiasmo por saber más sobre un tema, debe hacernos crecer de alguna manera y ayudarnos a cambiar paradigmas de análisis y reflexión. Y eso solo ocurre cuando uno razona el texto, lo entiende, lo procesa y puede manejarlo en su cabeza, sin la necesidad de recordar conceptos de memoria. Las buenas técnicas de estudio son las que nos sirven para siempre, no únicamente para salir del paso.

Perder el foco

Cuando uno estudia un tema para un examen parcial oral o escrito, tiene que tener bien claro cuáles son los puntos medulares que maneja el autor y por qué es importante el texto para el curso. Esto último es un poco engañoso, ya que muchos docentes incluyen textos en el programa de manera algo subjetiva, pero idealmente existe una razón que justifica su presencia allí.

No sirve en este sentido recordar detalles aislados del texto, hay que comprender lo esencial del tema. Muchas veces para lograr esto es necesario detenerse ante una frase que uno no entiende (en lugar de pasarla por alto) y leerla despacio hasta comprenderla; aunque por momentos pueda resultar sumamente estresante.

Distraerte con juegos y redes sociales

Facebook, Twitter, AngryBirds o cualquier juego de los que puedas tener en tu smartphone o PC, son lo primero que tienes que evitar. Simplemente dejar la computadora prendida puede afectar tremendamente tu concentración. Evítalos. 


Puede premiarte al final de un día de estudio mirando una película o escuchando un poco de música, pero no mezcles un texto de estudio con una conversación por MSN, porque se te va todo de las manos y es en serio.

Estudiar acostado

Nuevamente, los hábitos y técnicas de estudio son algo muy personal, pero es fácilmente comprobable que la posición horizontal provoca sueño y dificulta la concentración en estudiantes universitarios. Si es posible, intenta comparar tu rendimiento leyendo dos partes distintas de un mismo texto; primero acostado y luego sentado cómodamente o con el libro sobre una mesa o escritorio.

La segunda posición te da mucho más control y actitud proactiva; subrayas lo que te parece más importante y puedes resumir en un cuaderno aparte. En definitiva, te permite una gama de acciones productivas mientras que la modorra de estar tirado en tu cama solo te hace pensar en lo interesante que sería dormir una siestita.

Pensar negativamente

Esto es lo peor de todo. Si estás estudiando para un examen parcial con la idea constante de que lo vas a perder y diciéndote a vos mismo que sería mejor no presentarte… quizás es más productivo que gastes tu energía en otra cosa. 

Analiza los riesgos. 


Siempre es normal sentir un poco de miedo cuando quedan pocos días y muchos textos que ni siquiera tocaste. No entres en pánico. Si realmente te esfuerzas por entender lo que estás leyendo, a veces un par de lecturas pueden dar un resultado no óptimo pero asombroso. No es lo más recomendable, por supuesto. Pero es una manera de encontrar una alternativa ante esa situación. Nunca olvides tenerte confianza.

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