5 pecados capitales al estudiar para un examen
Estudiar de memoria
Cada vez más, sobre todo en
las materias teóricas, a los estudiantes se nos exige leer una cantidad
inconmensurable de textos. Muchos universitarios suelen caer en el error de
pensar que, si no recuerdan el contenido total y en detalle del texto, el mundo
colapsa y su rendimiento en el examen disminuye. Todos tenemos maneras
distintas de estudiar y manejamos técnicas de estudio muy personales a veces,
pero de seguro aprender de memoria es un camino a evitar. No solo es más
difícil a largo plazo, sino porque nos ayuda únicamente desde una perspectiva
inmediata, es decir, salvar el examen, y no nos permite formarnos
integralmente.
El estudio no solo debe
contribuir a darnos herramientas para la vida académica y profesional, sino que
debe generar en nosotros las ganas y el entusiasmo por saber más sobre un tema,
debe hacernos crecer de alguna manera y ayudarnos a cambiar paradigmas de
análisis y reflexión. Y eso solo ocurre cuando uno razona el texto, lo
entiende, lo procesa y puede manejarlo en su cabeza, sin la necesidad de
recordar conceptos de memoria. Las buenas técnicas de estudio son las que nos
sirven para siempre, no únicamente para salir del paso.
Perder el foco
Cuando uno estudia un tema
para un examen parcial oral o escrito, tiene que tener bien claro cuáles son
los puntos medulares que maneja el autor y por qué es importante el texto para
el curso. Esto último es un poco engañoso, ya que muchos docentes incluyen
textos en el programa de manera algo subjetiva, pero idealmente existe una
razón que justifica su presencia allí.
No sirve en este sentido
recordar detalles aislados del texto, hay que comprender lo esencial del tema.
Muchas veces para lograr esto es necesario detenerse ante una frase que uno no
entiende (en lugar de pasarla por alto) y leerla despacio hasta comprenderla;
aunque por momentos pueda resultar sumamente estresante.
Distraerte con juegos y redes
sociales
Facebook, Twitter, AngryBirds o cualquier juego de los que puedas tener en tu smartphone o PC, son lo primero que tienes que evitar. Simplemente dejar la computadora prendida puede afectar tremendamente tu concentración. Evítalos.
Puede premiarte al final de un día de
estudio mirando una película o escuchando un poco de música, pero no mezcles un
texto de estudio con una conversación por MSN, porque se te va todo de las
manos y es en serio.
Estudiar acostado
Nuevamente, los hábitos y técnicas de estudio son algo muy personal, pero es fácilmente comprobable que la posición horizontal provoca sueño y dificulta la concentración en estudiantes universitarios. Si es posible, intenta comparar tu rendimiento leyendo dos partes distintas de un mismo texto; primero acostado y luego sentado cómodamente o con el libro sobre una mesa o escritorio.
La segunda
posición te da mucho más control y actitud proactiva; subrayas lo que te parece
más importante y puedes resumir en un cuaderno aparte. En definitiva, te
permite una gama de acciones productivas mientras que la modorra de estar tirado
en tu cama solo te hace pensar en lo interesante que sería dormir una siestita.
Pensar negativamente
Analiza los riesgos.
Siempre es normal sentir un poco de miedo cuando quedan pocos días y muchos textos que ni siquiera tocaste. No entres en pánico. Si realmente te esfuerzas por entender lo que estás leyendo, a veces un par de lecturas pueden dar un resultado no óptimo pero asombroso. No es lo más recomendable, por supuesto. Pero es una manera de encontrar una alternativa ante esa situación. Nunca olvides tenerte confianza.
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