A continuación,
te daremos consejos para la gestión de recursos humanos en tu compañía.
1. Conoce a
detalle a tus colaboradores
Difícilmente
podrás mejorar algo que no conoces a profundidad. Por ello, lo primero que
deberás hacer es analizar quiénes forman parte de tu empresa, qué puestos
desempeñan, cuáles son sus habilidades y áreas de oportunidad y cómo ha sido su
desempeño en el puesto que cubren.
Estudiar el
rendimiento laboral de cada uno de tus empleados, será vital para que descubras
si hay individuos que tienen una posición equivocada.
Ten presente
que es igual de dañino para tu negocio tanto que un profesional altamente
capacitado realice actividades rutinarias y que requieren de poca estrategia,
como que alguien con poca experiencia o con carencias en su formación se
encargue de tareas o proyectos de gran magnitud.
Si logras que
cada colaborador cuente con responsabilidades acordes a su perfil, tu empresa
crecerá rápidamente y tus empleados se mantendrán motivados y satisfechos con
su trabajo.
2. Comunica de
forma efectiva tus planes y metas
La gestión de
recursos humanos no solo implica contrataciones, despidos y solicitudes de
vacaciones o incapacidad, sino que también es fundamental para que la nómina de
tu empresa comprenda el porqué de su trabajo diario.
Esto quiere
decir que, si diriges una empresa, debes tener claro cuáles son las metas a
corto, mediano y largo plazo para tu organización y los pasos que se deben
seguir para alcanzarlas, de tal forma que puedas comunicarlas a los equipos de
trabajo de tu compañía.
Solo de esta manera, quienes colaboran contigo comprenderán la importancia de su trabajo y estarán alineados a tus propósitos, lo que hará mucho más sencillo que puedas lograrlos.
3. Actúa de
forma coherente en tus decisiones
Aunque una de
las metas de la gestión de recursos humanos es que el ambiente siempre sea sano
y cordial entre los colaboradores de una empresa, no hay forma de evitar que
existan algunos conflictos entre compañeros o departamentos.
Ante esto, es
muy importante que siempre mantengas la objetividad y, sobre todo, que tus
decisiones sean coherentes con lo que tu empresa representa y lo que tú como
director quieras comunicar de tu persona.
Por esa razón,
la justicia, la calma, la empatía y otros valores deben estar siempre presentes
y deben guiar la forma en la que resuelvas los problemas.
Recuerda que las
preferencias personales no deben tener cabida en el ámbito profesional.
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